COMENTARIOS AL ÁRBOL GENEALÓGICODE FAMILIAS DE GRULLEROS |
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DEDICATORIAQuiero dedicar este trabajo, a todos nuestros antepasados, que con enorme esfuerzo, lograron sobrevivir en tiempos realmente difíciles. 1.- INTRODUCCIÓNPara realizar este comentario, partiré del árbol genealógico confeccionado con más de 200 familias de Grulleros, en el período comprendido entre 1925 y el momento actual, de las que que elegiré 190. Al tratarse de un comentario con un enfoque antopológico y social, interesa conntemplar los hechos relevantes ocurridos en nuestro pueblo durante el período así como las condiciones de vida de sus habitantes, y los medios de los que disponían, o las dificultades por las que atravesaron en cada momento.
1.1. LA AGRICULTURA EN GRULLEROSEn estos primeros momentos del siglo XX, Grulleros vive casi exclusivamente de la agricultura de subsdistencia, que trata tan sólo de satisfacer las necesidades básicas de un abultado número de hijos, necesarios para trabajar un campo, tecnológicamente muy atrasado. Aunque existen naturalmente unos pocos oficios de menor entidad, unos complementarios de aquélla, otros a tiempo completo, como el caso del herrero, zapatero, el herrador, el carnicero o el pequeño comerciante de ultramarinos, la inmensa mayoría viven del campo. Prácticamente todas las tareas se realizan con el esfuerzo humano, de ahí la necesidad de tan abultada mano de obra. Además del retraso en la modernización agrícola, en este primer cuarto de siglo, la situación económica general era mala. A dicha penuria se sumarán los problemas acarreadaos por la Guerra Civil de 1936 a 1939, que provoca que nuestro pueblo se vuelva aún, más dependiente de la agricultura, debido a la falta de alimentos.
1.2. EL HAMBRE Y EL ESTRAPERLOLos años de la posguerra, son años de hambre y de miseria. A la escasez de alimentos se une la falta de productividad del campo. Tiempos difíciles, de cartillas de racionamiento. Los alimentos básicos son muy escasos. Todos hemos oído relatar tristes historias de aquel tiempo. Una hogaza de un cuarto de kilo, que apenas daría para una comida, debía durar 3 días a una familia. Lo mismo pasa con otros alimentos, pero fue la carencia de pan el principal problema al que nuestro pueblo se enfrentó en estos difíciles años. La situación, lejos de ser coyuntural se prolongaba en demasía, pero fueron especialmente los años 1940-42 los más angustiosos. Y si el pan escaseaba, ¿qué decir de la carne? Muchas familias subsisten a base de patatas y remolacha cocida.
Es especialmente destacable la falta de trigo y la gestión que de ello se hizo lo que provocó el fenómeno del estraperlo [1], consistente en el acaparamiento de alimentos, y posterior existencia de un mercado negro, que permitió la acumulación de riqueza, a unos pocos, mientras que la mayor parte, luchaba por sobrevivir. Ante la escasez de trigo, la intervención estatal fue tan rígida, que obligaba a los agricultores a declarar sus cosechas y vender lo considerado excedente al Estado, a través de Servicio Nacional del Trigo ( SNT) creado en agosto de 1937, a unos precios tan bajos, muchas veces inferiores al precio de coste, lo que provocó la ocultación de parte de sus cosechas y que las siembras no se hicieran en condiciones, a lo que se sumaron pertinaces sequías, y lluvuias fuera de tiempo que agravaron el problema. Para hacer un seguimiento más efectivo, el gobierno creó además del citado SNT, la Comisaría General de Abastecimientos y Transportes, ―organismo al que hacen referencia nuestros vecinos de Grulleros cuando se refieren a “Los de Abastos” en relatos referidos a la época. El Servicio Nacional del trigo (SNT), era el encargado de distribuir este cereal entre los transformadores -molinos y fábricas de harinas-, a unos determinados valores, o precio tasado y según unos cupos muy estrictos. También la harina resultante y el pan cocido tenían marcados sus precios, todo ello con las limitaciones de las cartillas de racionamiento que debían presentarse para obtenerlos. Consecuencia de la intervención fue la disminución de las cosechas. Así en 1945, en el conjunto de León se produjo un 50% menos de trigo que en la media del quinquenio anterior. En el resto de España fue aún peor. Entre tanto, con el estraperlo los precios se disparaban. Así, el recurso al mercado negro fue en unos casos una obligación, para quienes podían permitírselo, mientras que otros pasaron una acuciante necesidad. Un kilo de azúcar cuyo precio estaba estipulado en 1,9 pesetas costaba más de 20 y un litro de aceite que debería costar 3,70 eleva su precio por encima de las 30 pesetas. Según afirma Javier Revilla Casado, [2] en lo que las autoridades denominaban “mercado invisible”, llegaron a venderse ilegalmente un 38% el trigo ; el 37% de las alubias, el 51% de la cebada o el 52% de los garbanzos. Eso con cifras del Gobierno que presumía de la efectividad de sus controles; la realidad era aún peor. El esfuerzo gubernamental fue tal, que siendo Arias Navarro Gobernador Civil de León, entre 1940-1949, se llegó a prohibir la molturación de trigo en los molinos de maquila de nuestros pueblos, ante la imposibilidad de controlarlos. Con ello, los propietarios de las Fábricas de harinas llegaron a ganar más de 1 peseta por cada kilo a mediados de la década de 1940, mientras que los molineros percibían la “maquila” [3], cobro en especie, que solía rondar el 4% del trigo que se les llevaba a moler, según afirma Revilla Casado. Fueron los molineros los más perseguidos en aquel período, produciéndose numerosos cierres, sanciones y detenciones. Como anécdota, relatada por Revilla, destacaré la del molinero de Vilecha, que intentaba huir por una ventana habiendo tirado parte de los sacos de trigo a la presa, cuando fue detenido. Este es tan sólo un ejemplo de la infinidad de controles y multas que “ Los de Abastos” imponían a los molineros y que he oído contar de viva voz, en muchas ocasiones, ocurridos en molinos de Roderos y otros pueblos cercanos a Grulleros.
[1] La palabra estraperlo, es el resultado del acrónimo derivado de Strauss, Perel y Lowann,( Stra–per-lo) apellidos de los holandeses, que promovieron el negocio, de corrupción política que sacudió al partido de la izquierda radical de Lerroux , ocurrido durante la Segunda República Española. [2] Revilla Casado Javier -La Economía de Posguerra en la provincia de León (1937-1953).Página 113 y ss. [3] Maquila. Parte de la molienda que se quedaba el molinero por su trabajo. Recordemos el gran cogedor de latón con soporte de madera que el molinero introducía en el saco, cuando llevábamos a moler la cebada para los animales. 1.3. LAS CONDICIONES DE TRABAJOEn cuanto a las condiciones de trabajo del campo, sobre todo los veranos, eran agotadores. Las prolongadas jornadas, segando a hoz, concluían con gentes exhaustas, regresando a casa de atardecida, o en ocasiones durmiendo sobre las “morenas” en pleno campo. Muchas historias de este tipo, hemos podido escuchar a nuestros antepasados. A la siega sucedía el acarreo y lentas tareas de trilla, con anticuados métodos de trillos tirados por vacas. La posterior limpia a mano, aprovechando las rachas de viento favorable, que exigía un enorme esfuerzo lanzando constantemente de la parva al aire una y otra vez, hasta conseguir el grano casi limpio, mezclado con las “ grancias” [1] . Luego con ayuda de la “ceranda” se iba despojando de la paja hasta completar la tarea. La recogida del grano y por fin el transporte de la paja, daba fin a las duras tareas del verano, almacenando ésta sobre el heno en un pajar atestado y repisado. Los largos y duros inviernos, en los que la actividad del campo era escasa, se aprovechaba en otros menesteres. El lino, un producto tradicional de nuestro pueblo, que junto con el trigo la cebada y el centeno permitían salir adelante a familias numerosas, se recogía en septiembre y tras las tareas de “ enriado” y posterior secado, quedaba listo para el “machacante, instrumento de madera que se accionaba con una
especie de pedal que al caer, aplastaba y rompía la corteza de la planta.(Ver foto). El resto de tareas se acometía a lo largo del invierno, cuando nada se podía hacer en los campos. Fue el lino un producto incentivado en la provincia de León, donde se estableció el Servicio Oficial de Fomento del Lino en 1942, con una importante superficie dedicada a su cultivo. Tenía además del aprovechamiento textil, otros como materia prima de aceites, e incluso la harina de linaza. ¿ Quién no recuerda las cataplasmas de harina de linaza con mostaza, que nuestra madre nos ponía al pecho con ocasión catarros rebeldes? Cierto que te ponían el pecho en carne viva, pero parece que el remedio casero surtía efecto. Se conoce la existencia de una fábrica de linaza instalada en La Bañeza en 1948 e industrias de derivados en Veguellina de Órbigo, donde se estableció Fibras Textiles Nacionales, SA adquirida por los catalanes. En invierno, las familias se reunían, en corrillos, aprovechando las horas de sol, en la calle. En las rinconadas orientadas al oeste, por la tarde, hombres y mozos “espadaban”[2] las cañas de lino, mientras las mujeres hilaban y las mozas, aprendían la técnica de sus madres, que manejaban con destreza husos y ruecas. Así formaban las gruesas madejas, que luego se transformarían en ásperas camisas, sábanas colchas, estameñas y las “quilmas” [3], blanqueadas a golpes de batán. Los pequeños entre tanto, ajenos a los problemas de sus padres, correteaban alegremente mientras jugaban al “truque”, a las “tabas”, al “ chirlo” o a la “ maya”, juegos que pronto nosotros heredamos. Llegada la tarde, en las humildes y frías casas, la madre preparaba la escasa cena, en la cocina. Lúgubre sala, de campana cuadrangular repleta de negro y brillante “sarrio”, [4] era el único reducto habitable en invierno . Allí se reunía la gran familia, en torno al fuego. Con los ojos llorosos por el humo, escuchan al abuelo antiguas historias, en aquellas frías noches. La corriente eléctrica no había llegado a Grulleros. Tan sólo el fuego del hogar que les calentaba por delante. El candil, la tenue luz de la vela o del farol, les guiaba a la temprana hora a la que debían irse a la cama. Los jergones de paja de maíz, crujían, bajo el peso de los numerosos hermanos que se apretaban entre sí, para darse calor bajo el viejo cobertor de estameña. Llegado el buen tiempo, muchos jóvenes se afanaban cavar hoyos por repoblar una parte de las fincas de secano de la “cuesta”. Desde La Mediana al Fontanal y del Caserío del Valle a la raya de Viloria, nuevas plantas de vid, de Prieto Picudo, de Mencía de Malvasía, Garnacha, Tempranillo o Moscatel, traídas de diversos puntos de nuestra geografía, repoblarían las esteriles tierras de la cuesta de Grulleros. Otros injertaban el abundante Híbrido en cepas de “bravo”. Pocos años después, los jóvenes majuelos se transformarían en frondosas viñas que proporcionarán un nuevo empuje a la economía fammiliar de nuestros antepasados. Herencia de ello fueron las viñas, que nosotros conocimos, ya avejentadas por el paso de los años, pues nada dura para siempre, y también asistimos a su declive y desaparición. Fueron años de duro trabajo, durante los cuales, sobre todo la gente joven, se empleó en la dura tarea de la construcción de las cuevas, iniciadas por sus padres, en las que más tarde se haría el vino de futuras cosechas. En el talud de la cuesta, a golpe de piqueta, se iba arrancando la arcilla que luego se sacaba a pala al principio por la puerta, y más tarde, llegados a la mitad de la misma, por el ventano. Con la ayuda de la talegas se elevaban toneladas de arcilla tirando de “maroma” con ayuda del viejo artilugio de la “ naspa“ . Muchas de ellas hoy se han hundido debido al abandono y la escasa utilización de las mismas.
[1] Grancias. Paja gorda con nudos , que por ser pesada quedaba junto al grano y necesitaba ser sacado poco a poco con la ceranda. [2] Espadar. Batrir el lino con la espada de madera para quitarle el tamo y así poder hilarlo. [3] Quilma.- Costal o saco alargado y de color blanco para transportar el trigo de la era a las paneras. [4] Sarro, hollín. Sustancia grasa y negra que se deposita en las chimeneas, como consecuencia del humo.
1.4. CIERTA MEJORÍA " LA DOBLE" Y "EL TRENÍN"
Dentro de este ambiente de miseria, un atisbo de esperanza surge al fin. Si la llegada del ferrocarril se consideró un gran avance para León, no menos importante fue para Grulleros la construcción de la segunda vía anunciada en el primer cuarto del siglo XX. La compañía Norte, encargada de construir el tramo Venta de Baños-León había llegado ya al vecino Palanquinos. Necesitaba mano de obra para realizar la obra, y el tramo que restaba hasta León aún daría para dos décadas hasta concluir en la capital allá por el 1950. La que en Grulleros se dio en llamar “ La Doble” ofrece una buena de oportunidad de trabajo. Jóvenes fuertes con ganas de cambio, excedentes del campo que se les queda pequeño, ven la oportunidad de medrar en una ocupación con futuro. Un buen número de ellos se enrolan en La Norte, que años más tarde, tras la guerra Civil, engrosarán la plantilla de Renfe. De estos años viene precisamente la expresión acuñada en nuestros pueblos de: “esto no lo arrastra ni La Balastrera”, que hace referencia a lo pesado de una carga. Era precisamente la máquina de vapor llamada La Balastrera, porque acarreaba el “ balastro” o balasto, piedra picada destinada a sustentar el firme de las traviesas de la vía. Cuando estudié el origen del paraje “ La Balastrera” de Vega de Infanzones, nadie supo darme raón de aquel extraño nombre. Más tarde llegué a la conclusión de que se refería a la máquina que arrastraba los vagones de piedra con destino a nueva vía. Pero hasta ahora, no había encontrado este testimonio tan claro, como el que rescato de una canción cántabra, muy popular, que dice:
Recordemos que la única comunicación viable de Grulleros, era el tren. Para tomarlo era preciso caminar a pie un buen trecho, hasta la estación de Torneros. Difícil olvidar la estampa grabada de los años de la niñez, de “El Trenín”. Su característico y agudo pitido, al final de “La Besada”, marcaba las 7 de la tarde en Grulleros. Era “El Trenín” que con impaciencia esperábamos los sábados, a que el padre de familia regresara del mercado de León, tras vender patatas y lechugas en la Plaza Mayor. Previamente, de madrugada, se habían cargado en el pequeño camión de “Botas” [1] que las llevaba a la plaza. Con sus vagones de 3ª clase, y asientos de madera, hacía las delicias de los niños cuando subíamos por vez primera al tren, para ir a la capital. Toda una grata experiencia para unos niños que nunca habían salido del pueblo.
Tiraba de él una pequeña locomotora de vapor, de chimenea alta, del tipo Sharp & Stewart (foto izda. de arriba), cuya potencia no pasaba de los 600 Caballos (CV). Años más tarde fueron sustituidas por potentes locomotoras, que sobrepasaban los 2.500 CV y las últimas Mikado japonesas ( foto arriba dcha.) que fueron las últimas alimentadas a carbón, que vimos rodar por nuestras vías allá por los años setenta. Los chavales acudíamos con puntas, que el tren aplanaba en los raíles, mientras otros, en el “desbarro” de la vía, recogían los abundantes trozos de carbón, no quemado, que se escapaban al fogonero y que luego servirían para calentar las “ cocinas económicas”esmaltadas en blanco que recientemente se habían instalado en las modernas cocinas, . Tras este breve paréntesis, a modo de anécdota, retrocedamos unos años. Muy ligado al ferrocarril se produce en 1933, un nuevo evento que contribuirá al desarrollo del campo tanto de nuestro pueblo, como de toda la zona. Se trata de la instalación de Azucarera Santa Elvira, con una capacidad de molturación de 700 toneladas diarias, se llegó en sus mejores tiempos, en los años 70 a las 3.000. Y recalco lo de su relación con el ferrocarril, ya que ésta no podría haber existído sin aquél. Eso hizo posible la prolongación de una vía supletoria que partiendo de Trobajo, llegara a la misma fábrica. Este hecho redujo considerablemente el esfuerzo del transporte de la remolacha a los agricultores de nuestro pueblo, que en vez de entregar el nuevo cultivo directamente en la fábrica de León, pudieron hacerlo en la recogida que se instaló en los aledaños de la estación de Torneros. Corría el año 1935 del que cabe reseñar otro momento importante para Grulleros. Me refiero a la llegada de la luz eléctrica. Poco a poco se consiguió completar el tendido eléctrico desde el molino de Villanueva de las Manzanas, antiguamente propiedad de la Catedral de León. El enorme molino, constituído también en asserradero y fábrica de luz, suministraba además de Grulleros, a otras 7 localidades: Palanquinos, Villarroañe, Vega de Infanzones, Villadesoto, Torneros, Sotico y la propia Villanueva de las Manzanas. Muchos recordamos, incluso bastantes años después, los frecuentes cortes de luz durante horas y cuando el filamento de la bombilla se quedaba en una fase, con lo que apenas se lograba identificar a los miembros de la familia. Podemos imaginar cómo fueron los primeros momentos de aquél precario suministro.
Hacia 1950 las familias ya no eran ya tan numerosas y la agricultura comienza a proporcionar a base de estricto ahorro, y a costa de sudor y abnegado trabajo, el capital para un mínimo desarrollo. Las comunicaciones iban mejorado, el uso de la bicicleta y más tarde del ciclomotor hacían posible trasladarse a trabajar a la ciudad viviendo en el pueblo y complementando aquellos pequeños sueldos con la misera rentabilidad del trabajo en el campo. Finalmente muchos de estos vecinos de Grulleros, terminarían por residir en León, produciéndose un verdadero éxodo del campo a la ciudad. En la década de los 60 el campo comienza a producir excedentes, en familias menos numerosas, que los pequeños agricultores venden para conseguir otros bienes. Productos, que hurtados al consumo familiar, se venden en la tradicional Plaza Mayor de León, en el mercado de los sábados. Las explotaciones agrarias con el complemento de unas cuantas vacas, que son atendidas por la familia, van saliendo adelante. Esta incipiente vaquería, va proporcionando un alivio económico a la familia con la renta mensual de la leche que entregan a la empresa “Aly” , con recogida en el portal de la casa de "Upe", cerca del "caño" de Grulleros. El trabajo sigue siendo duro, ya que un nuevo cultivo, la remolacha azucarera, que exigía un esfuerzo continuado, ha reemplazado al tradicional lino, pero un nuevo modo de vida, aunque muy sacrificado, se divisa en el lejano horizonte. El levantamiento del bloqueo comercial y el desarrollo económico, terminan por impulsar un cierto grado de industrialización y el cambio del modelo agrícola, se deja notar tímidamente en nuestro pueblo. Aunque siempre en precario, y en cierto modo miserable, la agricultura y ganadería de Grulleros viven el momento de máximo esplendor. Fruto de un nuevo impulso, en 1965 se produce la electrificación del ferrocarril en el tramo Palanquinos-León. Los postes de metal y las típicas catenarias dan un nuevo aspecto a nuestras vías, a la vez que iban desapareciendo las últimas locomotoras de vapor. Modernas máquinas de gas-oil, de vivos colores, automotores ( el plateado TAF y luego TER) y más tarde las modernas máquinas eléctricas, fabricadas en Inglaterra, ( foto de abajo), iban reemplazando a las viejas de carbón, envueltas en abundante humo negro, que se precipitaba a tierra los días nublados.
[1] Botas .Vendedor ambulante, de Ardón, que allá por los años 60 y 70 recorría nuestros pueblos vendiendo toda clase de productos de ultramarinos.
Por fin el progreso, a cuentagotas, iba llegado, a Grulleros. Segadoras de segunda mano, tiradas por yuntas de vacas o caballerías, comenzaban a aliviar las labores de siega del verano. Atrás quedaban las viejas hoces y guadañas. El empleo de caballerías en la trilla aligeran estas labores en la era y la máquina de limpiar a motor ahorraba el duro trabajo de dar de manivela. Pronto llegarían los tractores. Los Ebro de 55 CV, todos de segunda mano, claro. Con su ruedas brillantes, que parecían nuevas. Grulleros, tierra de minifundio, no tenía grandes fincas, a las que sacar rendimiento y un viejo tractor era la única aspiración por el momento. Aquello representaba una revolución, en un campo tecnológicamernte tan atrasado como el de nuestros pueblos. Las labores de arada y siembra se aligeraban de manera notable. El transporte en remolques se hacía mucho más cómodo y los desplazamientos mucho más rápidos. Por fin el trabajo del campo, comenzaba a ser más llevadero y se podía abarcar más terreno que cultivar, con el consiguiente aumento de la producción. Pero el progreso de nuestro campo tenía los años contados. A partir de los años 70, comienza a notarse ya una cierta decadencia en las explotaciones agrarias. Cuando el campo de nuestra zona, parecía haber alcanzado su máximo desarrollo, y existían los medios para aumentar la producción, comenzaban las restricciones y el límite de los contingentes. Pronto se sumarían las cuotas lecheras, consecuencia de la entrada de España en la CEE y el declive de la agricultura y la pequeña ganadería sería imparable. El trabajo en la ciudad, propiciado por el auge de la construcción tanto en León como en los pueblos de alrededor, y los empleos en Renfe y poco más, a duras penas, va asumiendo el excedente de mano de obra que el campo no puede mantener. Las explotaciones agrarias que los jubilados abandonan, no encuentran su remplazo en jóvenes agricultores. La inmensa mayoría de ellos han salido buscando nuevas oportunidades, sabiendo lo sacrificado de las labores de sus padres, y la estampa de las fincas en “adil”, las viejas viñas sin cultivar, y cuadras cada vez más vacías, va a ser, a partir de ahora, la tónica general del campo de Grulleros. 2.- ÁMBITO DE ESTUDIO Y FAMILIAS DE GRULLEROSEl presente comentario se realiza desde una perspectiva antropológica y social, abarcando el período comprendido entre 1925 y los tiempos actuales. Se refiere a los enlaces matrimoniales celebrados desde aquella lejana fecha y el día de hoy, entre vecinos de Grulleros entre sí, en una primera fase, y con otros venidos de fuera del pueblo pero que fijan aquí su residencia. No contempla los enlaces realizados fuera del pueblo, a pesar de haber nacido en Grulleros. El pueblo de Grulleros, se estructuraba, allá por el 1925, en torno a poco más de una quincena de grandes grupos familiares (o familias extensas) que serían: García, González, Fernández, Soto, Castrillo, López, Aller, Centeno, Cabero, Santos, Alonso, Martínez, Ibán, Redondo, Lorenzana, Pellitero, y otros que paulatinamente se fueron incorporando al pueblo, provenientes de su entorno inmediato, y recientemente de un ámbito mucho más amplio. La combinación de éstas, mediante nuevos enlaces matrimoniales, dentro de un ancestral sistema endogámico local, dio lugar a algo más de 75 grupos familiares. En ellos, los apellidos se combinan, alternan y entremezclan, surgiendo otros nuevos, que provoca la subdivisión de los anteriores, elevando la cifra a más de 200 familias nucleares, ―entendiendo como tales aquéllas en las que conviven, dentro un mismo hogar, padres e hijos, y esporádicamente un tío o un antecesor viudo―. Naturalmente en este cómputo se incluyen todas las familias formadas desde aquella lejana fecha hasta los momentos actuales. Desde el el último cuarto del pasado siglo, la incorporación de nuevos apellidos llegados de una zona cada vez más amplia, han configurado una nueva fisonomía de apellidos de Grulleros, como veremos más adelante. 3.- METODOLOGÍA Y DIFICULTADESInicié este trabajo sin un objetivo concreto, tan sólo como una forma de ejercitar la memoria, dada mi dilatada ausencia de Grulleros ― casi 50 años― con tan sólo intermitentes y escasos días, de visita o vacaciones, a lo largo de este período. Así comencé un buen día, a escribir en un papel, casa por casa, los nombres de las personas que recordaba, de los años de mi niñez. Sólo nombres, nada de apellidos. No pasé de los 80 ó 90 y desanimado por el fracaso, me decidía a abandonar cuando al día siguiente, sin apenas pretenderlo, afloraron a mi memoria otros 70 u 80 más. Pasaron los días y la lista no cesaba de aumentar hasta contar con más de 400 nombres, y muchos de ellos con apellidos. Fue entonces cuando decidí acometer la tarea de intentar estructurar el árbol genealógico de la mayor parte de las familias de Grulleros. Semanas después, eran ya más de 500 los anotados, pero la dificultad estribaba en cómo estructurar aquel enredo de nombres , apellidos y familias que se entrecruzaban y se relacionaban entre sí. Los apellidos, ¿eran correctos? Las dudas hacían que el trabajo en solitario apenas avanzara. Llegaba el momento de pedir ayuda, la tarea en solitario, se hacía cada vez más “cuesta arriba” y el progreso lento y fatigoso. Y , ¿con quién intentarlo? Pues el camino más fácil y rápido; mis padres. A pesar de su avanzada edad, fueron resolviendo muchos de estos interrogantes, pero iban surgiendo otros, mientras yo trataba de dibujar diagramas que aclararan las relaciones entre familias. Claro que hubiera sido más fácil preguntar uno por uno, a los vecinos del pueblo, lo cual hubiera alargado este trabajo casi indefinidamente. Además los escasos intentos en este sentido, no me resolvieron las dudas que tenía sobre su propia familia. Por otra parte, la imposibilidad de publicar dichos datos, por imperativo legal, hacía estéril un trabajo que no iba a verse reflejado nunca en público. Aficionado a las nuevas tecnologías, me conecté a mi cuenta de Facebook, abandonada durante meses, y allí recordé relaciones, visualicé fotos, pude establecer algunos nexos familiares, pero apenas conocía a los jóvenes, que son los que verdaderamente manejan en este mundo virtual. Muchas de mis deducciones, eran en base a escuetos comentarios de fotos. Un pequeño pasito, sí, pero… “ mucho ruido y pocas nueces”. Acudí entonces al listado telefónico “ on line”, ya que la guía telefónica impresa es escueta, y no da nombres de pila, sólo iniciales. Haciendo asociaciones entre las direcciones y apellidos, conseguí tímidos avances. Intenté otra solución que supuso un progreso considerable consultando las esquelas por internet, tanto en la red provincial como en la web de “rememori.es”, aunque no había tantas como había imaginado. Solamente los recientes y no muchas. Los recordatorios que mis padres guardaban, me ayudaron a comprobar, no tanto de nombres nuevos, que ya pasaban de a los 750, sino que los apellidos anotados eran correctos, corrigiendo los erróneos. No obstante, la información obtenida confirmaba mis apuntes pero no aportaba mucho nuevo. No suelen dar noticia de antepasados y los colaterales a veces no aclaraban gran cosa. Me ha sido de utilidad, el portal de Archivos Españoles (PARES), no para el objetivo principal, pero sí para comprobar la antigüedad de determinados apellidos de Grulleros como se muestra en los documentos, siguientes: García Pérez, Castrillo, Soto, Nogal (Siglo XVI); Martínez, rey Rodríguez ,Crespo, Diez, Fernández, González, o Lorenzana (que aparecen ya en s. XVII.) -Pleito litigado por Miguel García, vecino de Grulleros, con Antonia Flórez y consortes, hijos de Cristóbal Pérez, … sobre denuncia de nueva obra hecha en unos molinos del año 1529. -Pleito litigado por Miguel del Castrillo, Pedro de Soto, María del Castrillo, con Bartolomé del Nogal, vecino de Grulleros, sobre restitución de los bienes sobre ciertas heredades . (1591)
-Pleito de Simón de Lorenzana, vecino de Grulleros (1667).
Los datos obtenidos hasta el momento, pasaban de los 800 nombres de antepasados y actuales, ya iba a dar por concluida la fase de recogida de datos, cuando aún recibí la colaboración que había solicitado a Cándido Soto y José Manuel Pellitero, referida a sus respectivas familias y una especial de "Doni" , que haciendo un trabajo impresionante, fue recogiendo , de distintas familias un gran número de recordatorios, con los que tuve la oportunidad de completar un buen número de familias. En total se cerraba provisionalmente con cerca de 1.000. A partir de aquí, comenzaba el concienzudo y tedioso recuento estadístico, de gráficas y todo lo demás. Tras el esfuerzo realizado, una pequeña decepción: No podría mostrar los diagramas obtenidos de las familias en internet, debido a las restricciones de la Ley de Protección de Datos. Esto, restaba efectividad al trabajo, pues no hacía posible que la población de Grulleros destinataria del mismo contrastara la exactitud de la misma. Tan sólo quedaba la opción de un simple comentario antropológico, estadístico y sociológico de los datos obtenidos. No obstante, el esfuerzo había merecido la pena; había tenido la oportunidad de recordar vivencias, anécdotas y acontecimientos vinculados a muchos nombres, y a sus vidas y un mayor conocimiento global de Grulleros. 4.- ESTRUCTURA DE LAS DISTINTAS GENERACIONESComo paso previo al estudio de los distintos árboles genealógicos familiares, es preciso delimitar en lo posible, las distintas generaciones. La tarea no es fácil, puesto que no existe una línea divisoria clara. Los hijos de una familia numerosa, que vienen representados en la misma columna de su árbol genealógico, pertenecen a generaciones distintas. Así por ejemplo, la hija mayor de una familia vecina, es de la misma edad que mi madre, y por tanto de la generación de mis padres, y sin embargo su hermano menor, es tan sólo 4 años mayor que yo y por ello de mi generación. Para conseguir establecer una división de esta naturaleza, estableceré como punto de referencia nuestra generación que fijaré en una fecha de nacimiento aproximada, del año 1955. Descenderé a la generación de nuestros padres hacia 1925, la de nuestros abuelos en 1900, y la de mis bisabuelos en 1875 en sentido ascendente, tendremos la de mis hijos en 1985 y la de mis nietos en 2015, como muestra la siguiente tabla a título de ejemplo.
Establezco, de manera arbitraria, una diferencia de unos 25 años en las primeras generaciones , ya que la esperanza de vida de aquellos tiempos era mucho menor que la actual, y de 30 años en las siguientes. Con estos criterios de selección, resultan más de 200 familias, nucleares, de las que tan sólo incluiré 190, que poseen los datos imprescindibles para hacer el comentario. Para hacer un estudio serio de este tipo, sería preciso contar con las Actas Matrimoniales y de Bautismo de los libros parroquiales y toda la documentación anexa y unos conocimientos específicos de antropología que no poseo. Por otra parte, esta investigación en un número tan elevado de familias, sería largamente laborioso y llevaría muchos meses, incluso años y sólo tendría sentido en el contexto de un trabajo académico, que no tengo intención de realizar. Me limitaré a un breve comentario. La muestra de matrimonios se refiere a aquellos que están perfectamente identificados. He desechado también los componentes de los de la 1ª generación ya que la muestra era inconsistente debido a la escasez de datos.
5.- COMENTARIO ANTROPOLÓGICO-SOCIALUno de las principales objetivos que me he planteado, ha sido la de comprobar el grado de endogamia de los distintos momentos de la época que abarca el comentario, ―entendiendo la endogamia como el casamiento entre personas del mismo pueblo, o de igual condición social o endogamia local. No trataré aquí de la endogamia consanguínea o matrimonio entre parientes, aquellos que precisaban de la correspondiente dispensa eclesiástica para celebrar su unión. El estudio de este aspecto, requeriría una información muy detallada y que dadas las trabas de la legislación actual, haría difícil investigar el lugar de origen y la vecindad de los cónyuges, en documentos auténticos de fuentes oficiales. Al carecer de los datos objetivos analizaré, las causas que, a mi juicio, han motivado esta tendencia.
En el cuadro que ofrezco a continuación, se reflejan los matrimonios celebrados, cuando ambos contrayentes son de Grulleros, (28 ) y aquéllos en los que uno de ellos, procede de fuera, generalmente de los pueblos vecinos, Vega y Villadesoto. En la muestra elegida son 9.
Esto mostraría un porcentaje de endogamia del 71,05 %. No estamos hablando de coeficiente de endogamia, que resultaría de un cálculo de probabilidades más complejo, sino sencillamente de los porcentajes de matrimonios realizados dentro y fuera del pueblo. Si bien la proporción parece alta, se explica, a mi juicio, fundamentalmente por siguientes motivos: 1.-La actividad casi principal de la época, como hemos visto en la introducción, era la agricultura de subsistencia, que pretendía satisfacer tan sólo las necesidades básicas. Para ello se necesitaba un capital mínimo y una mano de obra numerosa, dado que los trabajos eran eminentemente manuales. En todas las labores del campo, en especial las de verano, la abundante mano de obra era fundamental. Además uno de los cultivos tradicionales de la época además del cereal, era el lino. En su elaboración, desde septiembre, cuando comenzaba la recolección y el posterior “enriado” secado y machacado y las labores posteriores se implicaba toda la familia. A lo largo de todo el invierno, se iban realizando las tareas de “ espadado”, cardado e hilado, momentos en los que apenas había trabajo en el campo. 2.- Consecuencia lógica de la abundancia de hijos, era una partición del caudal hereditario a la muerte de los padres, lo que provocaba una serie de pequeñas parcelas. Como no existían las suficientes fincas de calidad para legar a cada uno de los hijos, la práctica habitual en Grulleros era dividir las fincas más grandes en partes iguales, para tratar de establecer la equidad entre todos. Es lo que en Grulleros conocemos como fincas “partijas”, es decir fincas de igual cabida, consecuencia de esta partición, que antes pertenecieron a un progenitor común. Con este sistema el minifundio, aumentaba considerablemente y había una necesidad imperiosa de concentrar la propiedad, pues de otro modo, el cultivo de las fincas, cada vez más pequeñas, no era rentable. ¿Cómo se llevaba a cabo tal concentración? Por dos sistemas principalmente:
Hay que destacar que en esta generación se produce la emigración a América, principalmente a Argentina.
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En el siguiente gráfico podemos ver los porcentajes. El 76,74 % que llegaron a formar un matrimonio eran hombres por tan sólo el 23,26 de mujeres. Esto por otra parte, viene a demostrar que la mujer está más vinculada a la familia, o dicho de otra manera, más arropada por ésta, mientras que el hombre gozaba de una mayor independencia, ya en aquel momento.
He mostrado la situación de los enlaces, que fijaron su residencia definitiva en Grulleros. El gráfico que muestro a continuación, se refiere a los habitantes en su conjunto y no sólo a los contrayentes.
En este caso, al no poseer datos propios, como en los anteriores los he tomado del global del Ayuntamiento de Vega de Infanzones. Las cifras nos da una idea de la evolución del mismo en los últimos años. En él se observa que casi la mitad de las personas que viven en nuestro municipio (el 47,89 %) no han nacido aquí, frente a un 52,11 que sí lo han hecho. De aquéllos, el 34,19 % proceden de la provincia de León, el 2,22% de Castilla y León; el 7,73 % del resto de España, y el 3.75 del extranjero.
Si comparamos estas cifras, referidas al año 2018, fácilmente extrapolables a Grulleros, con las registradas en la generación de nuestros abuelos, el cambio es impresionante.
6.- APELLIDOS MÁS FRECUENTES EN GRULLEROS COMO PRIMER APELLIDO.
Finalmente, aprovechando los datos que he recogido del árbol genealógico de las familias de nuestro pueblo, he realizado un recuento tan sólo del primer apellido, con el fin de comprobar los apellidos que más se repiten en Grulleros. He incluido en la lista tan sólo los apellidos que superan las 4 unidades ( Cuadro 1 ). Represento gráficamente esta situación en el siguiente (Gráfico 1 de abajo).
7.- EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN EN EL AYUNTAMIENTO
En la tabla de abajo presento la evolución de los habitantes de Grulleros en la serie histórica 2000 - 2018. Si bien se nota una evolución descendente, si nos fijamos el nº de habitantes es tan sólo menor en 10 individuos, con respecto a 2002 ( hace 16 años). Todos sabemos los problemas de envejecimiento que aquejan a nuestros pueblos, y como consecuencia el descenso en la población. Si en nuestro pueblo no es tan notoria, se debe, sin duda a su cercanía a la capital.
Con la mera observación de la tabla y los gráficos casi no precisa comentario: En menos de 20 años, Vega de Infanzones ha perdido 99 habitantes, Grulleros 17 y por el contrario Villadesoto ha ganado 74, lo que viene a salvar la situación global del ayuntamiento.
8.- CONCLUSIONES
Se ha podido apreciar en el pasado de Grulleros, una importante tendencia a la endogamia, o costumbre de escoger pareja dentro del propio pueblo.
El marco legal vigente en la época antigua, amparaba la vigilancia de los padres, en decisivo paso de formar una familia, y justificaba la intervención de los progenitores, a la hora de elegir con quién debían casarse sus hijos. Razones de índole geográfica, sociológica, económica y cultural, propiciaban esta práctica endogámica. Al no tener estudios similares en otros pueblos cercanos, no se puede afirmar rotundamente , pero es de suponer que arrojarían unos datos similares a los que aquí he podido reflejar.
El moverse en torno a costumbres y tradiciones e intereses económicos similares, la aspiración ideal era desposarse con un contrayente del mismo pueblo, para cultivar las fincas en un espacio reducido, dadas las dificultades de comunicación y de medios materiales, que en la introducción he detallado, hacían decantar a los jóvenes de Grulleros, por un vecino del mismo con el que, al fin y al cabo, compartía el mismo espacio vital.
La boda misma era mucho más fácil de organizar, tanto por lo que concierne a los contrayentes como a sus familias, cuando ambos eran de Grulleros, sin necesidad de desplazamientos y así, cuando la familia era “de posibles”, con buena capacidad económica, la fiesta duraba varios días.
A pesar de todo, hemos visto cómo, con el paso del tiempo, en apenas dos generaciones, el mercado matrimonial se vio enriquecido por la llegada de jóvenes de Vega, Vilaldesoto, Torneros y Vilecha y Sotico fundamentalmente, poblaciones cercanas, con las que compartían, intereses e idénticos modos de vida.
El hecho de que la endogamia en Grulleros, se haya producido en dentro de un número de habitantes no excesivamente reducido, ha contribuido a disimular o evitar los posibles efectos nocivos, que una prolongada práctica de este tipo hubiera podido producir. He considerado exogámica la incorporación al pueblo de personas de los pueblos limítrofes tan cercanos como Vega, Villadesoto o Torneros, distantes tan sólo 1, 2 ó 3 Km. respectivamente, ya que todos ellos, en su conjunto representaban de población superior a las 1.000 habitantes, cuando en realidad se entiende que el límite para considerarlo como tal, no debería ser inferior a los 10 Km., pero en nuestros pueblos, más concentrados, estos parámetros puede que hayan de ser considerados de forma diferente.
Tradiciones ancestrales, tales como “la empajada”, el pago del ” piso”, o invitación que los mozos de pueblos forasteros debían pagar a los locales, las “cencerradas” o acompañamientos a cuando especialmente un hombre se casaba por segunda vez, o con una muchacha mucho más joven que él, que hemos visto que tenían una fuerte raigambre en Grulleros y pueblos cercanos, no son compatibles con una sociedad moderna y más abierta, como la actual. Eran producto de una serie de sociedades acotadas, como la “Sociedad de Mozos del pueblo”, y otras muchas, han quedado relegadas a lo anecdótico, y con escasa vida, dentro del capítulo del folklore tradicional, que hoy trata de resurgir. Algunas sencillamente han desaparecido.
Hemos visto cómo esta situación va cambiando paulatinamente a lo largo de dos generaciones y radicalmente el siglo XXI. Pero no cualquier grado de endogamia es negativo, y lo contrario también tiene consecuencias. Si la fuerza externa de población es superior a la interna, la identidad como pueblo se diluye perdiendo su carácter intrínseco.
Algo parecido ocurre si la emigración es numerosa. Si sólo los mayores se quedan en el pueblo, éste está abocado a la desaparición. Es lo que ocurre con muchas familias con hijos. Cuando éstos se acceden al grado de la enseñanza secundaria, se van trasladando a la ciudad en busca de una mejor educación para ellos. La consecuencia negativa, es el despoblamiento y envejecimiento progresivo de los pueblos, con la consiguiente falta de iniciativa propia de los jóvenes. Este fenómeno, no es tan notorio en Grulleros, porque muchas familias pueden compatibilizar su trabajo en la ciudad con la residencia en él, dada la escasa distancia con la misma, pero aún así, tiene gran incidencia.
9-AGRADECIMIENTOS
Quiero agradecer la gran ayuda en especial a mis padres, que pese a su avanzada edad, han contestado infinidad de veces a mis insistentes preguntas para aclarar las dudas, surgidas a lo largo de deste trabajo. También agradezco la colaboración prestada, en cuanto a sus respectivas familias, a Cándido Soto, José Manuel Pellitero, Alfredo Rodríguez , Gaspar Crespo y muy especiamente a Sidonia García,"Doni".
10.- ESQUEMA DEL ÁRBOL GENEALÓGICO DE ALGUNAS FAMILIAS DE GRULLEROS.
La Ley de Protección de Datos obliga a mantener la preceptiva cautela sobre los datos personales, como arriba he explicado, motivo por el cual sólo publicaré algún esquema, de los muchos realizados, de tal manera que no sean visibles los datos que en él se contienen.
10. 1.- En el correspondiente a mi familia, he borrado los datos sensibles, pero que permitan ver la estructura, y así hacerse una idea de la complejidad de los grupos familiares.
10.2 El 2º esquema presenta 19 GRANDES GRUPOS FAMILIARES DE Grulleros.
10.3 El 3º representa un ejemplo,de la estrecha relación de las diversas familias de otros veinte grandes grupos familiares.