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Tradición o modernidad Durante las últimas décadas, el debate entre tradición y modernidad ha estado casi siempre presente. Para los defensores a ultranza de de la primera, la modernidad es un peligro, ya que pretende terminar con los valores heredados de los antepasados. Al contrario, para los defensores a toda costa de la modernidad, la tradición es sinónimo de primitivismo, inmovilidad y estancamiento. Para llegar a un mejor conocimiento de las personas, es importante reflexionar acerca de nuestras costumbres y tradiciones, pensar y dialogar con la comunidad acerca de qué podemos rescatar del legado de nuestros antepasados y valorar con qué criterios aceptamos o rechazamos las costumbres y tradiciones de otros pueblos. Podemos aprovechar nuestra herencia cultural si consideramos que las costumbres y tradiciones son lazos que estrechan las relaciones de una comunidad, que le dan identidad y rostro propio, y facilitan proyectar un futuro común. Con este planteamiento expondré a continuación algunos aspectos de las tradiciónes de GRULLEROS.
Carro de Grulleros en el desfile deSan Froilán (Virgen del Camino). LA TRADICIÓN POPULAR Costumbres y tradiciones populares, son manifestaciones variadas, creadas por el pueblo y transmitidas de padres a hijos. Hay que distinguir dos tipos de ellas: de una parte, las laicas manifestadas sobre todo en actos de carácter folklórico y festivo, y de otra, las de carácter religioso, instituidas por el estamento eclesiástico en forma de culto, ligadas al calendario litúrgico.
Ambas manifestaciones han experimentado una evolución dispar en general, así como en nuestro pueblo : Las primeras van recuperando fueza gracias a los esfuerzos institucionales por revitalizarlas. En cuanto a las segundas, la progresiva pérdida de la fe y el descrédito de las instituciones religiosas, han hecho que muchas prácticamente hayan desaparecido, y otras hayan tomado un cariz más bien festivo , perdiendo una buena parte del fervor religioso que los fieles mostaban en su origen.
Pese a haber desaparecido esta tradición hace muchos años en Grulleros, aún se conserva el vestigio material de la misma. El palo de los pobres de Grulleros que se muestra en la foto, es una cruz de unos 80 x 40 cm. que tiene clavado en el centro del crucero un diminuto crucifijo de hierro. El extremo inferior del brazo vertical estaba afilado o redondeado, para que el mendigo pudiera sujetarlo con mayor facilidad Cuando un pobre llegaba a Grulleros y se disponía a pasar la noche en el pueblo, preguntaba a cualquier vecino por la casa en la que había quedado el "palo de los pobres". Una vez localizado éste y lo tomaba en su mano y se dirigía a la casa siguiente en la que se le daba de cenar y se le proporcionaba alojamiento bajo techo, por lo general en algún anexo de las cuadras o en el pajar, no sin antes advertirle que se despojara de cualquier elemento que pudiera producir fuego, "chisquero", mechero, cerillas etc., para evitar que por descuido o imprudencia pudiera provocar un incendio.
La fiesta del pueblo, en especial la del invierno ( San Tirso), congregaba un buen número de pobres . La mayor parte de los vecinos llevaba a la plaza, frente a la Casa de Concejo, frente a las antiguas escuelas, una ración de comida consistente en cocido, con las correspondientes "viandas" vino o pan, que se iba depositando en recipientes separados: talegas o cestos para el pan y calderas de cobre o " ganzas" para el vino o la comida cocinada, como muestran estas fotos antiguas. |
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Pobres llegados de todas partes, se sentaban al sol, cuando éste acompañaba, en las frías mañanas del 28 de Enero, e iban llenando sus platos de comida y sus botellas de vino hasta hartarse. Era la fiesta del pueblo y la comida y el vino eran abundantes. Al final , cada pobre recogía las sobras , sobre todo de pan, vino y carne para el día siguiente. Esta tradición se mantuvo viva en nuestro pueblo hasta bien entada la década de los 60 , pues tengo vivo aquel recuerdo del día de la fiesta frente a la "Casa Concejo". Puede que su desaparición fuera motivada más bien por la falta de afluencia de pobres, que por solidaridad de los vecinos del pueblo. |
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2.- LA SEMANA SANTA |
Las celebraciones litúrgicas de la Semana Santa, en torno a la muerte y resurrección de Cristo, hunden sus raíces prácticamente en la Edad Media. Son ritos que con el tiempo se han ido sucediendo, en forma de oficios religiosos en las iglesias, a cargo de los curas, y de procesiones por las calles organizadas por las diversas cofradías que fueron surgiendo y afianzándose a lo largo de los siglos. No tenemos referencias antiguas directas de ellas, aunque si indirectamente se pueden deducir de las anotaciones rescatadas de las cofradías de Grulleros. Me limitaré aquí a recordar los relatos de las gentes de una generación anterior a la mía, avalada por los hechos vividos durante mi infancia. Cada Semana Santa, se producía una importante alteración en la actividad de nuestros mayores. Los quehaceres cotidianos dejaban paso a una concentración en torno a las actividades religiosas. La iglesia se convertía en centro de atención con gran manifestación de fe, ocupando buena parte de los días del Jueves , Viernes y Sábado Santo.
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En la actualidad el declive de este fervor popular, se corresponde con el tono general del resto de la sociedad, cada vez menos imbuida por la idea de la religión. Pasaron ya los tiempos en que niños y mayores hacían sonar las roncas carracas y matracas de madera, agitándolas de un lado para otro por las calles del pueblo produciendo un estridente ruido. No existía actividad lúdica o de ocio alguna, ya que éstas eran consideradas irreverentes; incluso las imágenes de la iglesia, ( el Monumento) permanecían tapadas con paños morados o negros hasta la Pascua. |
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FIESTA DE SAN ADRIANO
Pero admirador del valor y la resignación de aquellos fieles, se convirtió a su religión, tras lo cual se casó con Natalia. El emperador Maximiano, al no poder persuadir a Adriano de su las consecuencias de su conversión al cristianismo, decretó su persecución, fue apresado y torturado para hacerle renegar de su fe. Fue sometido a terribles tormentos en Nicomedia, donde finalmente seria decapitado .La fecha del año 306 , no es segura según algunos historiadores así como tampoco es seguro si su persecución fue durante el imperio de Maximiano o Galerio.
Resumen del martirio de San Adriano contado en el Ramo de Grulleros:
Era Adriano un oficial pagano en la corte imperial de Nicomedia. Se hallaba presente cuando veintitrés cristianos fueron azotados y maltratados y, a la vista de su constancia en el sufrimiento, se adelantó lleno de entereza y declaró : “yo también soy cristiano».( Estrofa 9 al 28) Al instante se le aprehendió y, antes de que le metieran en prisión, envió aviso a su joven esposa Natalia, que también era cristiana y con la que sólo había estado casado trece meses. Natalia corrió a la prisión y, al encontrar a su marido, se arrodilló para besar las cadenas que le sujetaban los brazos y las piernas. Después, Natalia habló con los otros cristianos prisioneros y les recomendó que cuidaran de su marido y le instruyeran en la religión, hasta que Adriano le pidió que regresara a casa y se quedara ahí en espera de noticias. .( Estrofa 29 a 38)
Natalia obedeció y, cuando Adriano supo que se acercaba el momento de su martirio, sobornó a uno de los carceleros para que le dejase salir tan sólo para despedirse de su mujer. Natalia supo que su marido volvía a casa y creyó que había quedado en libertad por haber renegado de su fe y, llena de indignación, corrió a cerrarle la puerta en la cara. (39 a 46) Adriano tuvo que explicarle lo que había sucedido y jurarle que los otros prisioneros se habían quedado voluntariamente como rehenes hasta su regreso, para que Natalia abriese la puerta. Pero a partir de aquel momento ya no quiso abandonarlo, regresó con él a la prisión y ahí se quedó. Durante su reclusión voluntaria, Natalia se dedicó a atender a los cristianos presos con gran solicitud, particularmente a los heridos en los tormentos. Una semana después de su llegada, Adriano debió comparecer ante el emperador y se negó a ofrecer sacrificios a los dioses. Fue azotado y devuelto a prisión. ( Entretanto, otras mujeres habían acudido para atender a los cristianos en la cárcel y, en cuanto las autoridades se enteraron de aquella anomalía, les prohibieron estrictamente la entrada. 47 a 64)
Entonces, Natalia se cortó la cabellera, vistió ropas masculinas y sobornó a los carceleros para entrar en la prisión como podía haberlo hecho cualquier hombre. Los mártires fueron condenados a morir con los miembros destrozados por el mazo. Natalia obtuvo la gracia de que su esposo fuera uno de los primeros y así le evitó presenciar el sufrimiento de los demás. Cuando Adriano era arrastrado al tajo, la propia Natalia le acomodó los brazos y las piernas sobre el trozo de madera para que los huesos fueran triturados a golpes de mazo. A Adriano le cortaron las manos y los pies y murió pronto. Durante su tormento, Natalia permaneció arrodillada en muda oración; recogió una de las manos cortadas y la guardó entre sus ropas; más tarde, cuando el cadáver de su esposo y de otros mártires fueron arrojados a la hoguera, hubo necesidad de sujetarla porque se empeñaba en saltar a las llamas para morir también. (65 a 69) Una tormenta repentina apagó las llamas en la hoguera, antes de que los cuerpos quedasen completamente consumidos y, así, los cristianos pudieron recoger muchas reliquias que fueron llevadas, posteriormente, a Argirópolis, cerca de Bizancio, sobre el Bósforo, donde se les dio honrosa sepultura. Algunos meses después, Natalia, acosada por la persecución de un oficial imperial de Nicomedia que se había enamorado de ella, decidió partir y, sin llevarse nada más que la preciosa reliquia, la mano de Adriano, se embarcó para unirse a los otros cristianos en Argirópolis. Ahí murió poco tiempo después. Aunque en algunos calendarios aparece la festividad el 8 de Septiembre en Grulleros se celebra el 16 de Junio.
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Ramo de S. Adriano, Rosario de la Buena Muerte y Pasión | Coplas del Ramo de San Adriano.pdf (38,3 kB) |
3.- EL TOQUE DE CAMPANA Algo más que un sistema de comunicación social
Los habitantes de la ciudad suelen permanecer ajenos al significado y al mensaje que encierran los distintos toques de campanas. Hoy, os toques de campana, limitados por las distintas ordenanzas, en orden a reducir el exceso de ruido en las ciudades, se ha restringido tanto, que sólo se practica en las catedrales en ocasiones especiales y de gran solemnidad. Pero quienes hemos vivido en pequeños pueblos en nuestra infancia, sabemos que en su tiempo constituyeron un medio de comunicación social de primer orden.
El tañido de las campanas fue el mejor reloj de nuestros antepasados. Era el avisador más efectivo y su toque ponía fin a la dura jornada de trabajo Era el sistema de alarma cuando había un peligro y reunía a los vecinos en las asamblea y anunciaba las fiestas y defunciones. Constituyó uno de los más perfectos sistemas de comunicación sin hilos antes de la llegada de las nuevas tecnologías. Por supuesto que mucho antes que esto antes ya existía el tam, tam, de los africanos o el cuerno de los países nórdicos. Como todo sistema de comunicación tiene un código muy preciso y este lenguaje era aprendido por los niños desde la infancia y todo el mundo distinguía cuando se trataba de un fuego, cuándo había fallecido un vecino del pueblo y cuando tocaban “a fiesta”. No cabe duda de que en origen en todas partes se emplearon para el mismo fin: comunicar. Pero ciertamente el toque de campana era mucho más que eso. Decir que las campanas sirven "para llamar" resulta del todo punto simplista. Se trata de todo un lenguaje lleno de matices, rico en expresiones y con connotaciones espirituales en el caso de las comunidades religiosas, y enigmático y mágico en la vida seglar. Sólo tenemos que recordar en nuestro pueblo, cuando se tocaban las campanas para deshacer las tormentas o el toque tradicional de los mozos la noche de Santa Brígida. A pesar de haber perdido en parte su función por innecesario,- hoy disponemos de relojes para consultar la hora en cualquier momento, teléfonos, correo electrónico, para enviar mensajes y comuncarnos a gran distancia de manera instantánea, automóviles y otros medios rápidos para desplazarnos ,-en los pueblos, aún se siguen utilizando en determinados casos; sobre todo en emergencias. Las campanas eran bendecidas antes de su utilización y cada una solía tener una leyenda alusiva a su finalidad, alabar a Dios, acallar tormentas etc.Se fundían con un grosor algo mayor del necesario y luego la afinan musicalmente, usando un torno vertical, El afinado antiguamente se hacía con el auxilio del diapasón, hoy se usa también un aparato electrónico, el afinador cromático que calibra perfectamente el sonido y marca la frecuencia del tono. Con ánimo de no extenderme demasiado trataré de resumir las distintas utilizaciones de las campanas en los dos ámbitos referidos:
Las Campanas contribuyen a la solemnidad de los Oficios Divinos. Sirven también para los actos peculiares, que tienen las Comunidades y se describen claramente cuatro modos de tocar las Campanas. Por tradición secular, los religiosos se reunían en consejo convocados por el tañido de las campanas .En el caso de un pequeño pueblo como Grulleros podemos leer un fragmento del Derecho de presentación del cura de Grulleros por las Monjas Bernardas de Carrizo.: ..."Nos la abadesa y monjas del convento y M. de Sta. María de Carrizo, estando llamadas a son de campana tañida según lo habemos por costumbre ….
He aquí los distintos modos y toques : 1.- Al vuelo: Esto es, empinando las Campanas. Se hacía en todas las festividades solemnes de primera, o segunda clase, a Vísperas, y Maitines, haciendo tres pausas, más o menos largas. También en las Procesiones festivas y de Rogativas. 2.-A medio vuelo: Sin empinar las Campanas. en todo lo que pertenece a los Oficios de Difuntos. Cuando falleciere algún religioso en el Convento. 3.- A pico: Sin empinarlas, ni aun a medio vuelo, sino picando la Campana con poco movimiento , se toca la Campana mayor al Prefacio de la Misa y en otras funciones, según costumbre. Todas las veces, que la Comunidad se reuniese , para algún acto particular, fuera del Oficio Divino, como para dar el Hábito, o Profesión y administrar el Viatico… 4.- Repicando, sin movimiento de las Campanas, sólo con las manos, y la lengua de la Campana, en señal todas las veces que llegare alguna noticia de especial honra, como Canonización de algún Santo de la Orden.
B.- En ámbito el civil o seglar.
A Animas: Se ejecutaba a la puesta del sol.Era un momento de oración, por las almas del purgatorio.
Toques extraordinarios. Cuando iba un obispo de forma pública a una iglesia, cuando llegaba el rey o el emperador
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6.1Hasta no hace muchos años, era habitual que cada familia criara dos "gochos", uno para matarlo para consumo de la casa, y otro para venderlo y sacar un dinero extra para gastos de la misma. Su alimentación solía hacerse con las sobras de comida de la familia, también peladuras ("mondas") de patata o pequeñas patatas enteras que se cocían en un caldero. Esto se solía alternar con remolacha forrajera que se le echaba entera con todas sus hojas. Cuando los cerdos estaban cebados, generalmente a partir de comienzos de Diciembre, comenzaba la matanza, pues las heladas ya suelen ser bastante intensas y éstos son los meses ideales para la buena conservación de la misma. El día de la matanza era una fiesta a la que se invitaba a los familiares más cercanos, con la intención de que ayudasen en las tareas que requerían un aporte de fuerza física importante. Se entraba en la cuadra con una talega en la mano que se le introducía por la cabeza del animal y se le sacaba marcha atrás, ya que ésta es la reacción más normal del animal al taparle la cabeza. Se le conducía hasta el banco y entre todos, se le tumbaba y amarraba con un cordel atando su cabeza al banco. Con una cuerda o trozo de cordel corto, se le hacían unas " trabas" o lazos por los que se introducía la pata delantera de un lado, con la trasera del lado contrario. El resto de las patas las sujetan sendas personas hasta que el cerdo quedaba inmovilizado. El experto de la familia clavaba el cuchillo calculando bien el lugar, bajo la barbilla por donde debía introducirlo. Esta sucesión de hechos constituía casi un rito ejecutado con gran precisión. Si no se realizaba de esta manera, el animal tardaba mucho en morir, y si no sangraba bien la carne no quedaba bien limpia con lo que la conservación a veces no era buena. En un caldero, se recogía la sangre que luego se cocía, y se aliñaba encebollada para comerla el mismo día. En una pequeña cazuela de barro, en la previamente se ha echado un poco de cebolla, se apartaba como un litro de sangre que se removía sin cesar hasta que la sangre se enfriara para evitar su coagulación. De esta sangre se harían, al día siguiente, las morcillas. Cuando el animal estaba completamente muerto se le echaba en el suelo con las patas hacia abajo, para ser chamuscado con "cuelmo", es decir, paja de centeno a la que se le había quitado previamente el grano y atado en manojos, reservándola desde el verano para este fin. A falta de paja de centeno se hacía también con paja de trigo ya que este cereal era más corriente en nuestra zona. Se coloca debajo de las patas unas piedras o ladrillos y bajo las pezuñas unos puñados de “cuelmo”( paja de centeno o trigo) a los que se prende fuego para calentarlas y luego pelarlas con una tenaza o con la mano, retorciendo la pezuña ligeramente para que ésta se desprendiera con mayor facilidad. . Ya chamuscado el cerdo, se le llevaba de nuevo al banco, con las patas para abajo, se rascaba con un ladrillo mientras se le va lavando hasta quedar completamente limpio. Entonces se le daba la vuelta, panza arriba y se le abría por la barriga cortando en primer lugar la "barbada" es decir una tira de tocino blando que va desde la barbilla al rabo; luego se extraía “ el manto “ ( tela de grasa que recubre las tripas); seguidamente se extraen éstas y el resto: el bazo, los pulmones, el hígado al que se le quita la hiel, el corazón, la vejiga que se entregaba a los niños para que sobándola convenientemente sobre una tabla y luego hinchándola, sirviera como balón para jugar los pequeños. Las tripas se ataban por ambos extremos y sin dejarlas enfriar se procedía a "entretiñarlas" es decir a quitar las adherencias de manteca, a la vez que se separaban las choriceras ( intestino delgado) de las morcilleras (intestino grueso). Mientras tanto, las mujeres han ido preparando el cocido, al que han añadido un buen trozo de barbada, y han aliñado la sangre encebollada que se come como aperitivo hacia las once de la mañana, haciendo un pequeño receso. Luego continúan las tareas .No hay tiempo que perder. Es importante lavar las tripas cuanto antes. Cuando el gocho está completamente vacío se extraen los restos de sangre que pudieran quedar, se lava y se cuelga cabeza abajo, generalmente de una viga de la casa en la que solía colocarse un gancho con esta finalidad. La helada de la noche dejaba tiesa la carne que era el ideal para la matanza. . Se cortan en trozos las tripas, dándolas vuelta con una vara verde, que se clava en el suelo y lavándolas bien por ambos lados. Las tareas culminan con la copiosa comida y la tarde es completamente festiva. Al día siguiente, una vez que el veterinario ha dado el visto bueno, se destaza el gocho, colocándolo sobre una mesa con las patas hacia abajo. Se corta la cabeza y por la parte del lomo se va haciendo un corte longitudinal del tocino. Luego se divide el cerdo en dos partes iguales, extrayendo las costillas con mucho cuidado para no dañar las cintas de lomo, alojadas a ambos lados del “espinazo”, y que se extraen a continuación. Se separan y limpian los jamones y se descarnan lo huesos. Mientras se realiza este despiece el resto de la familia va cortando en tiras, la carne destinada a chorizos y se va picando en una máquina de manivela, depositándola en una artesa de madera. Terminado el despiece se cubren las jamones de abundante sal gorda, en proporción a su `peso, y se colocan en un pozal, poniendo sobre ellos, una tabla y mucho peso encima, permaneciendo así durante varios días para que suelten todo el líquido. Esto es muy importante puesto que si éste no se evacua convenientemente el jamón puede perderse a no curar bien. Se salan también los perniles y barrigas de tocino y las huesos se adoban más tarde a la vez que el picadillo (“pique”) de los chorizos.
Existen muchas clases de morcillas. En León, principalmente en nuestros pueblos, se hacen las morcillas de cebolla, aunque cada uno le aporta un toque diferente añadiendo miga de pan, arroz… Picada gran cantidad de cebolla, (hay que tener en cuenta que mermará mucho durante la cocción,) en la proporción adecuada a las morcillas que queramos elaborar, se cuece en una gran caldera de cobre. Se va extrayendo, poco a poco, la abundante agua que destila hasta completar la cocción; se añade miga de pan, manteca de cerdo, pimentón, sal y un poco de orégano y la sangre líquida que se reservó el día de la matanza.
En todas estas labores, en las que se aprovechan los días más crudos del invierno para las tareas propias del interior de la casa, hay una economía de esfuerzos y se suelen ir rellenando los tiempos libres mientras de realizan otras tareas. Así mientras cuece la cebolla lentamente, se aprovecha para ir picando la manteca y fundiéndola en la sartén y depositando poco a poco el líquido en la olla, donde se va solidificando y permanecerá el resto del año a disposición del ama de casa para así ahorrar aceite y así elaborar las ricas sopas de ajo, por ejemplo. Del resto sólido resultante de la fundición de la manteca, proveerá de manteca a la familia a lo largo de todo el año.. con la parte sólida o "chichos" se elaboran las " migas" añadiendo azúcar y miga de pan.
Se deja que tome este adobo durante un día, y luego se prueba el "pique" pasándolo por la sartén y si es necesario se rectifica de sal. En este momento suelen apartarse unas porciones del mismo para familiares y algún vecino que los chavales de la casa se encargarán de repartir, acompañándolo de un trozo de barbada, algo de hígado y carne. Seguidamente se procede a embutirlo en la tripa ayudándose de la misma máquina que sirvió para picar la carne, en la que se cambian las cuchillas por un embudo en el que se va introduciendo la tripa que estaba preparada en agua templada, y mientras que una persona da a la manivela con su mano derecha, introduce el pique con la izquierda, otra sujeta la tripa teniendo cuidado de que lleve la presión correcta. Luego se atarán y se colocarán en varales o "latas" dejándolos escurrir un tiempo antes de ponerlos a curar.
Los chorizos domingueros (o de domingo) se elaboraban con carne de primera calidad, y se consumían no solamente los domingos y fiestas, pero sí de una manera un poco selectiva, mientras que los sabariegos ( o de sábado) eran elaborados con las vísceras del cerdo trozos de tripas, pulmones, corazón etc. ) previamente "entrecocidas" y todo ello bien picado y adobado de una manera similar a los chorizos domingueros. Estos chorizos eran empleados en el cocido diario.
Cuando los jamones han tomado la sal y han destilado todo el líquido, estarán listos para ser adobados con una mezcla de ajo, pimentón y aceite. Luego se cuelgan al humo en la cocina de horno. También se cuelgan los huesos que fueron adobados antes, mientras que el tocino se cuelga sin adobar, sólo con la sal. La curación es un proceso delicado en el que se alterna el frío de la helada por las noches con el calor y el humo que van secando la carne durante el día. De la armónica alternancia de estos elementos dependerá el éxito de la misma. Para ello, es importante que la leña utilizada esté bien seca y que sea resistente y proporcione un rescoldo duradero. Aunque se habla de curar al humo, éste no es en sí mismo lo más importante , pues un exceso del mismo no es bueno para una correcta curación de la matanza, es más importante un calor sostenido que hace que la carne vaya secando progresivamente.
Era frecuente que además del cerdo se matara una vaca, vieja que se engordaba para curarla como cecina. Lo habitual era que se pusieran de acuerdo dos familias para matar la cecina a medias. Llegado el día de la matanza se sacaba la vaca al portal de la casa, ya que esto requería un lugar amplio a la vez que resguardado del intenso frío, y con un certero golpe de maza sobre la cerviz ,el animal cae al suelo sin sentido donde se le clava el cuchillo recogiendo una parte de la sangre. A continuación se le abre el vientre sacando las tripas , el estómago, pulmones, etc. y se van cortando las distintas partes del estómago, de donde se extraían los callos.La parte más laboriosa es el lavado de los libros, pues hay que ir pasando de uno en uno hasta dejarlos perfectamente limpios. Antes de lavar las tripas es preciso quitar las adherencias de sebo, pero al contrario de lo que ocurre con las del cerdo, esta tarea se realiza mejor cuando las tripas están frías, ya que el sebo se cuartea y se desprende mejor. Luego se va desollando la piel comenzando por el vientre hasta terminar por el espinazo, Más tarde se corta la cabeza y se cuelga por las patas traseras y cuando el veterinario ha dado el visto bueno, se procede al despiece. Se van sacando unas piezas homogéneas de carne para cecina, dejando el resto de carne para los chorizos para lo cual se suele mezclar con algo de tocino para suavizar un poco los mismos; de lo contrario, quedarían excesivamente secos. Las piezas destinadas a cecina se van apilando en un pozal con abundante sal gorda al igual que se hizo con los jamones, donde permanecerán unos siete días, pasados los cuales se atan con cuerda y se cuelgan con el resto de la matanza para curar. Los huesos son adobados de igual manera que los del cerdo y para la preparación de los chorizos se sigue un procedimiento idéntico al descrito en el caso de aquél. La piel de la vaca era vendida a los pellejeros o destinada a la realización de cornales y sobeos. Para ello, se extiende en el portal de la casa y se clava al suelo para que no se encoja. Se extiende de manera uniforme una capa de ceniza ("cernada") hasta cubrirla totalmente y se deja así unos días . Luego se desclava del suelo y se corta en tiras uniformes en redondo, doblándolas por la mitad en sentido longitudinal para darles mayor consistencia. El resultado son unas tiras altamente resistentes que solían durar toda una vida. De la piel se sacará un juego de cornales con el que se uncen las vacas por medio de un yugo y dependiendo de su tamaño a veces se sacaba también un sobeo con el que se sujetaba la yunta de vacas al carro.
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